Por: Ivonne Acuña Murillo. Feminista.Marzo 2008.
Este texto es respuesta a uno que circula por la red y que se titula “Confesiones de la mujer moderna”, mismo que me permití reproducir arriba.
Son las 5:00 hrs. a.m., el despertador ha sonado, como siempre, y aún estoy cansada, ¡como siempre! Y para colmo hoy tengo una fuerte gripe y encima la menstruación. Me gustaría no tener que levantarme y quedarme en la cama, por lo menos dos horas más hoy que estoy enferma, pero no puedo. Me gustaría también que alguien me trajera el desayuno a la cama, pero ¿quién?, si todos, mi esposo e hijos, esperan que sea yo (esté como esté) quien lo prepare y que les avise cuando esté listo, para que ellos puedan dormir una hora más. Al fin y al cabo YO NO TRABAJO ni voy a la escuela y no es la primera ni la última vez que tengo lo que mi esposo llama “achaques de mujercita”.
ME GUSTARÍA SABER QUIEN DETERMINÓ QUE LAS MUJERES SEAMOS LAS SIRVIENTAS DE LA CASA, PERDON LAS “REINAS DEL HOGAR”, PARA RECETARLE POR LO MENOS UN MES DE LA MISMA MONÁRQUICA RUTINA.
Aunque creo que va a estar difícil rastrear al creador de dicho orden social, pues desde que tengo memoria siempre ha sido así, igual para mi madre, igual para mi abuela, igual para mi bisabuela y su madre y su abuela……que entre recetas, secretos de condimentos, trucos, remedios caseros, bordados, lectura de buenos libros (cuando sabían leer o había tiempo) de las bibliotecas de sus maridos (sí es que éstos tenían bibliotecas y les permitían leer algo más que su “libro de oraciones”) se pasaron la vida preguntándose ¿ESTO ES TODO? ¡CLARO!, NO FUE IGUAL PARA TODAS, ALGUNAS PASABAN SU TIEMPO DECORANDO LA CASA, PODANDO ÁRBOLES, PLANTANDO FLORES, RECOGIENDO LEGUMBRES DE LAS HUERTAS Y EDUCANDO A SUS HIJOS. ¡AH, ME PARECE VERLAS!, SOLO FALTA EN ESA ESCENA LA IMAGEN DE UNA MUJER OLIENDO EL FRESCO OLOR DEL BOSQUE DEJADO POR EL “PINOL” (LIQUIDO LIMPIA PISOS MUY PROMOCIONADO EN LA TELEVISION Y QUE AL PARECER HACE SOLO LA LIMPIEZA), ¡TODA UNA VIDA DE ENSUEÑO!
Lástima, ante tan gratificantes vidas, a nadie se le ocurrió pensar que sólo una minoría de las mujeres vivía y vive así, mientras que la gran mayoría no tiene una casa que decorar o dinero para hacerlo, no tiene membresía de ningún club ni “chachas” [1], ni una huerta o conocimientos suficientes para educar a los hijos, por lo que los crían ¡como Dios les da a entender! y después cuando salen malos la culpa es de ellas, ¡siempre de las madres!, pues los padres no tienen que ver con eso, ellos sólo se encargan de la importantísima labor de proveer los recursos económicos para el sostenimiento de la familia y a cambio son la autoridad, los que tienen la última palabra y los que juzgan desde su posición privilegiada la labor de su mujer, en la casa y la familia.
CLARO, NO HAY QUE SER INCONSECUENTES, ANTES DE LANZARSE A DEFENDER LOS DERECHOS DE LAS MUJERES HABRÍA QUE HABER PENSADO EN AQUELLAS QUE TENÍAN SERVIDUMBRE, TELEFONO, TELENOVELAS, EL CLUB, “CHACHAS”, PUES EN EFECTO, JUNTO CON ELLAS HABRÁ QUE PREGUNTARSE ¿QUIÉN FUE LA ESTÚPIDA FEMINISTA QUE PENSANDO EN LOS MILLONES DE MUJERES EN EL MUNDO A LAS QUE NO SE LES RECONOCE NINGUN DERECHO, QUE SUFREN VIOLENCIA DE TODO TIPO -DESDE PSICOLOGICA HASTA FISICA-, QUE SON VENDIDAS DESDE NIÑAS COMO ESCLAVAS SEXUALES, QUE SON VIOLADAS, TORTURADAS Y ASESINADAS, QUE SON POBRES ENTRE LOS POBRES, RAPTADAS Y OBLIGADAS A PROSTITUIRSE Y QUE UNA VEZ ENFERMAS E INFECTADAS DE SIDA O DE OTRAS ENFERMEDADES VENEREAS SON ASESINADAS O LANZADAS A LA CALLE, MUCHAS DE LAS VECES EN LUGARES, INCLUSO PAÍSES, QUE NO CONOCEN Y CUYA LENGUA NO HABLAN, ETC., SE ATREVIÓ A PEDIR PARA TODAS EL RECONOCIMIENTO DE DERECHOS Y ESPACIOS PROPIOS? ¡VAYA, CUANTA ESTÚPIDEZ! HABRÁ QUE PEDIR QUE LAS QUEMEN, COMO A LAS “BRUJAS” EN LA EDAD MEDIA.
Aunque, no sé de qué me quejo, si tengo la casa entera para mí, el barrio, el mundo a mis pies. Pies cansados de tanto limpiar esa “mi casa”, mía a fuerza de fregarla; ese mi barrio, mío a fuerza de andarlo buscando cubrir las necesidades y deseos de mi familia; el mundo, mi mundo, aquel que no conozco pues ni mis padres ni mi marido acostumbran viajar y no es bien visto que una mujer “sola” vaya por ahí, como si no tuviera a su lado un hombre “que la haga respetable”. Muchas veces he soñado con iniciar una travesía en barco, como marinera, pero aún resuenan en mis oídos los ecos del mito según el cual “las mujeres llevamos la mala suerte a los barcos y la tripulación, somos como aves de mal agüero”, razón por la cual no podemos formar parte de la tripulación; y como pasajera, pero ya lo dije, sólo las mujeres indecentes viajan solas. A veces, durante las largas horas que paso sola en “mi casa”, pienso en mi marido y me pregunto que pasaría si hubiera mujeres en su trabajo, tal vez buscaría a sus amantes entre aquellas mujeres divorciadas o casadas, pero más liberales que yo y no entre mis amigas, vecinas, incluso familiares, hermanas o primas. Pues, aunque finjo no saber de sus aventuras amorosas, nunca falta un “alma caritativa” que me informa de la identidad de la amante en turno. Yo me conformo y recuerdo lo que un día mi abuela me dijo, “tu marido es tuyo de la puerta para adentro, de la puerta para afuera es de las demás”. Pero, no te aflijas ellas son “las otras”, tú en cambio eres LA ESPOSA, tienes tu casa, tu barrio y el mundo a tus pies.
Y SI TODO ESTÁ BIEN, Y SIEMPRE HA SIDO ASÍ ¿PARA QUÉ CAMBIARLO? No sé, a veces me asaltan las dudas y me pregunto si estar sola no sería mejor. Cuanta ingratitud de mi parte, si estuviera sola sería calificada por todos como LA SOLTERONA, LA QUEDADA, LA SECA. No tengo derecho a quejarme, pues SOY LA SEÑORA DE…, una mujer respetable, que ganó su respetabilidad por tener un hombre que la respalda, que la eligió, que le dio su nombre. No voy por ahí, como LA SEÑORITA…, sino como LA SEÑORA DE, es cierto que la gente que así me conoce no sabe mi nombre, mis gustos, mis sueños o deseos, ni siquiera las personas más cercanas. Sólo les interesa saber que soy la ESPOSA DE, LA MADRE DE, LA HIJA O LA HERMANA DE, un ser sin nombre propio, sin rostro, sin identidad. Pero, el tener “mi casa, mi barrio, mi mundo”, bien lo vale.
En cuanto a “mi esposo”, él me quiere lo sé, es cierto que a veces me pega o me humilla delante de mis hijos y de las visitas, pero no es su culpa sino mía, ¡Soy tan tonta, tan… inútil, tan fea! que no sé como me soporta, realmente tengo suerte que siendo yo tan poca cosa se haya fijado en mí y siga casado conmigo. Sobre todo, después de tantos embarazos, diez para ser exacta pues, como mi esposo determinó, tuve los hijos que Dios nos envió. Pasé quince años de mi vida embarazada o dando el pecho al hijo en turno, mi marido decía con sorna que las mujeres debíamos estar siempre como las escopetas “cargadas y atrás de la puerta”. Como puede inferirse no tuve tiempo para mí, para arreglarme, para elegir con cuidado la ropa y los accesorios, los zapatos, los guantes, los aretes, un buen peinado; todo el tiempo se me fue entre la casa, los hijos (por cierto 6 fueron mujeres y cada vez que nacía una él me reprochaba no haber tenido un varón y me despreciaba un poco más), los biberones, los pañales, los desvelos (me levantaba en las madrugadas antes que el llanto del bebé despertara al señor de la casa y éste me recriminara por ser una mala madre). Y ni hablar de hacer ejercicio, esas actividades eran sólo para los hombres, las mujeres teníamos que conformarnos con “el ejercicio” que significa el quehacer de la casa. Estabamos condenadas a la deformidad, a ver nuestros cuerpos ensancharse, aguadarse, marchitarse, pues esa era la imagen de la “buena madre” que lo había dado todo por sus hijos, empezando por su salud.
OJALA, A ALGUIEN SE LE HUBIERA OCURRIDO “LIBERARNOS”, DECLARAR QUE LAS MUJERES TAMBIEN TENEMOS DERECHOS: A UNA VIDA SANA, SIN VIOLENCIA, A LA EDUCACION (YO NO APRENDÍ A LEER PUES MI PAPÁ CONSIDERÓ QUE NO ERA DESEABLE YA QUE COMO REZA EL REFRÁN “MUJER QUE SABE LATÍN, NO ENCUENTRA MARIDO NI TIENE BUEN FIN”. ¡CUANTO ME HUBIERA SERVIDO!, TAL VEZ ASÍ MI ESPOSO E HIJOS ME TRATARÍAN DE OTRA MANERA), AL TRABAJO, A SALIR SOLA A LA CALLE SIN SER MOLESTADA POR EL SOLO HECHO DE NO LLEVAR UN HOMBRE PARA PROTEGERNOS.
Pero, ese mundo no me tocó a mí, yo tuve que resignarme a ser el AMA DE CASA, de una casa que finalmente no es mía, pues está a nombre de mi esposo y éste ya determinó que, a su muerte, será de mi hijo mayor (un varón por supuesto), quien me albergará hasta mi muerte, la cual me encontrará en mi silla mecedora tejiendo no sé qué, mientras sueño en ser una mujer moderna, liberada, valiosa por mí misma, sin importar los nombres de los varones a mi lado o, incluso, si no los hay; poseedora del derecho a trabajar POR UN SUELDO, pues lo que se hace en casa también es trabajo aunque no se pague y nadie lo reconozca; capaz de generar mis propios ingresos y no depender de la buena voluntad de algún hombre, sea mi esposo, mi padre, mi hijo. Tal vez, el riesgo de ello sería tener doble o triple jornada: el trabajo de casa, el de fuera y el de pareja sexual; sobre todo, si los hombres se niegan a dejar sus privilegios de AMOS DE LA CASA, DEL BARRIO Y DEL MUNDO, para apoyarnos en nuestra superación, pero aún así, ocuparía yo un lugar mejor en el mundo que aquel que me destinó, sin opciones, a estar bajo “la tutela” de algún varón al ser considerada inferior, tonta, el llamado sexo débil, LA MUJERCITA A LA QUE HAY QUE ABRIRLE LA PUERTA, CORRERLE LA SILLA, AUXILIARLA EN TODA ACCION QUE REQUIERA NO SÓLO FUERZA FÍSICA SINO INTELIGENCIA, ASUMIENDO QUE ES UN SER INFERIOR, DEBIL, COBARDE, PUSILÁNIME, INCAPAZ DE SOBREVIVIR SOLA. TODO A PESAR DE LOS MÚLTIPLES EJEMPLOS HISTÓRICOS DEL VALOR Y FUERZA DE LAS MUJERES.
Claro las cartitas de amor, los poemas, las flores, las serenetas en la ventana son maravillosas… mientras duran, una vez que te casas o que cedes a sus embates sexuales, se acaban, por lo menos para ti, pues los dirigen a otras mujeres, a aquellas que aún se les resisten. Por supuesto, no todos los hombres son así, otros vuelven a las flores, a los poemas, a las serenatas después de propinarte una golpiza, para jurarte amor eterno y no volverlo a hacer. Pero no seamos tan pesimistas, otros maridos no te pegan ni andan con otras, sólo olvidan poco a poco la galantería conforme tú, que no ellos, te pones fea, vieja, incluso peluda (pues la depilación no la usan las mujeres decentes, sólo las de mala reputación). Ojala yo hubiera tenido el valor y el tiempo para cuidarme, para hacer ejercicio, para ir al salón de belleza y estar siempre hermosa no sólo para mi marido e hijos, sino para mí, pero que esperanzas.
EL FEMINISMO, ESE QUE TRATA DE OFRECER A LAS MUJERES OTRAS OPCIONES DE VIDA, UNA VIDA PLENA, REALIZADA, QUE INCLUYA TAMBIÉN LOS SUEÑOS DE LAS PROPIAS MUJERES, NO OCURRIÓ EN MI ÉPOCA, CUANDO LLEGÓ YA ERA YO UNA VIEJA (A LOS 50 AÑOS) SENTADA EN UNA MECEDORA, TEJIENDO NO SE QUÉ, ACTIVIDAD QUE SÓLO ABANDONO PARA SERVIR DESAYUNOS, COMIDAS, CENAS, LAVAR TRASTES, LIMPIAR “MI CASA”, MIENTRAS LOS DEMÁS (MI ESPOSO E HIJOS) “HACEN SU VIDA”. Y COMO MI BISABUELA, MI ABUELA Y MI MADRE, VUELVO A PREGUNTARME ¿ESTO ES TODO?
Hoy, que tengo oportunidad de observar a MUJERES MODERNAS, esas que son como yo hubiera querido ser (que trabajan, que van, que vienen, que se cuidan, que hacen ejercicio, que van al salón si quieren seguir siendo bellas o deciden no ir y envejecer naturalmente sin hacer suya la obligación de ser joven a toda costa, que deciden, que opinan y son escuchadas) pienso:
LASTIMA QUE NINGUNA “MALDITA BRUJA FEMINISTA” PENSÓ ANTES EN CAMBIAR LAS COSAS, ANTES DE QUE YO NACIERA, PARA QUE ME TOCARA VIVIR EN UN MUNDO DONDE LAS MUJERES LUCHARAN POR NO SER CONSIDERADAS OBJETOS SEXUALES, COSAS, SERES DE SEGUNDA, VIOLABLES, AGREDIBLES, GOLPEABLES, HUMILLABLES, INSULTABLES, DESECHABLES, LAS ETERNAS MENORES DE EDAD.
¡Estoy hablando muy seriamente!
Este mensaje es para mis hijas y nietas NO ABDIQUEN NUNCA DE LA OPORTUNIDAD DE SER MUJERES MODERNAS, NO ABDIQUEN DE LOS DERECHOS Y OPORTUNIDADES QUE CIENTOS DE FEMINISTAS EN EL MUNDO OBTUVIERON PARA USTEDES A COSTA DE SU COMODIDAD (ESA DE LA CASA CON JARDIN, HUERTA, TELÉFONO Y “CHACHAS”), SU INTEGRIDAD FISICA, INCLUSO SU VIDA, PARA QUE USTEDES PUDIERAN DECIDIR SER “AMAS DE CASA”, MADRES (SOLTERAS O CASADAS), TRABAJADORAS, UNA O LAS TRES COSAS O NINGUNA DE ELLAS, SIMPLEMENTE MUJERES CON VIDAS PROPIAS, DIGNAS DE SER VIVIDAS. ¿¿ALGUIÉN MÁS SE SUMA??
[1] “Empleadas del hogar” como se les llama ahora tratando de evitar adjetivos peyorativos que lesionen su dignidad como personas. Por cierto, ellas también son mujeres, lástima que no tenían ni tienen lo que tanto valoran las primeras, aquellas que rechazan lo ganado por las tan denostadas feministas. Si las “mujeres modernas” que reniegan de su liberada situación no entienden el significado de la palabra “denostar” pueden consultar un “diccionario”, pues gracias a esas mismas feministas que tanto repudian hace muchas décadas tienen derecho a la educación, por lo que se asume saben leer.
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