Isabel Miranda de Wallace es una mujer digna de ser recordada por su enorme valor, no sólo por investigar y encontrar a los secuestradores y asesinos de su hijo, haciendo el trabajo que las autoridades ¿competentes? deberían haber hecho, sino por tener la cabeza fría y el corazón caliente para mirar a la cara a uno de los sujetos que mató a su hijo y preguntarle donde dejó sus restos. Ella es ejemplo de una mujer que rompe con el modelo de la fémina sumisa, pasiva, débil, víctima, muy a la altura de todas aquellas mujeres que luchan por sus hij@s, herman@s, esposos, parejas en contra de gobiernos incompetentes, corruptos, represores, como las Madres de la Plaza de Mayo, en Argentina, las madres artilleras de Chile, la misma Rosario Ibarra de Piedra, quien busca a su hijo hace más de 30 años, las madres de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, también de México, A ellas se suma esta semana el caso de Marisela Escobedo Ortíz, asesinada cuando luchaba por que se castigara al asesino confeso de su hija Rubí Marisol Fraire Escobedo
Aunque las experiencias históricas son distintas, todas nos hablan de madres que anteponen el amor por sus hijos e hijas a cualquier otro interés; y de Estados, en un caso incapaces para salvaguardar la vida de gran parte de sus ciudadanos y, en otros, de los responsables directos de la desaparición forzada, la tortura y finalmente la muerte de aquellos que no concuerdan con sus intereses políticos.
Todas son mujeres que se niegan a la reproducción ciega de una maternidad estereotipada y que, por el contrario, se empeñan en el ejercicio de su derecho a ser madres, a procurar el bienestar de sus hijos e hijas, a conocer su destino en caso de secuestro y/o desaparición, a mantener viva la memoria de aquellos seres a los que han dedicado una parte importante de sus vidas.
Isabel Miranda busca los restos de su hijo
Madre chilena se pregunta por el destino de su hijo
Las madres de la Plaza de Mayo
Rosario Ibarra de Piedra
Las madres de Ciudad Juárez buscan a sus hijas
El asesinato de Marisela Escobedo Ortíz en Chihuahua, otra madre que se negó a saber del asesinato de su hija sin hacer nada. La resignación no es ya una característica de estas mujeres-madres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario