"Juanito: de Iztapalapa para el mundo"
Por: Alejandro Cedillo Cano
El sueño es recurrente, casi obsesivo: “¡Juanito, Juanito, Juanito!”, y con ese coro que repiquetea en su mente el virtual ganador de las elecciones de Iztapalapa se aferra a poner un eslabón más a una cadena triunfos, como si la fama y gloria le fueran eternas.
“En tres años seré candidato a la jefatura de Gobierno”, dice mientras reparte a la gente cintas tricolores que guarda en una bolsa de plástico con el logotipo del PT afuera del Hotel Sheraton Alameda.
“¿Y por qué no?, en la presidencia dentro de nueve”, agrega.
Rafael Acosta, como en verdad se llama Juanito, asegura que su popularidad se mantendrá intacta: “Toda Iztapalapa me quiere… también en Francia, Argentina, España… Acapulco, Guadalajara y Morelia “, afirma con voz firme.
¿Lo quieren?
—De ahí me han hablado para felicitarme; incluso, me invitaron a viajar a Francia con todo pagado.
—¿Y va a ir?
—Pues quién sabe, primero tengo que cumplir mis compromisos con la gente.
—Pero si va a renunciar.
—No lo voy a hacer, sólo voy a pedir licencia y eso no es lo mismo. Cuando tomas protesta constitucional no puedes renunciar al cargo.
—¿Entonces quién va a gobernar?
—Si Clara me acepta en su gabinete, vamos a colaborar con ella, si no, pues nos vamos a los recorridos con Andrés Manuel López Obrador.
—¿No es tomarle el pelo a la gente?
—La gente tiene que aceptar que esta negociación es para fortalecer el movimiento de Andrés Manuel.
—¿Y si mejor se arrepiente?
—¡No!, definitivamente no me rajo… Hay un compromiso y la decisión ya está tomada.
BARRABÁS. De casi 50 años, vestido de pantalón verde y camisa a cuadros, Acosta es un tipo muy alegre: da la impresión de que es incapaz de dejar de sonreír aunque un cortejo fúnebre le pase enfrente.
Cuenta que actualmente ya no frecuenta su casa en la colonia Santa Martha, al oriente de la ciudad, porque sus días se van entre desayunos, entrevistas y reuniones con militantes perredistas y del Partido del Trabajo.
Incluso, confiesa que no ha tenido tiempo de ver las notas periodísticas que hacen referencia a su pasado, ese donde fue vendedor ambulante, actor de cine de ficheras y en el que protagonizaba zafarranchos frente al Palacio Nacional en defensa de su presidente legítimo.
Sentado ya en una de las fuentes de la Alameda Central, Juanito asegura que siempre ha sido un “hombre de pueblo”, que viaja en transporte público y que no viste ropa de diseñadores, “ni de marca”.
Durante la entrevista se da tiempo para presumir que participó en el vía crucis de su pueblo. “Fui Barrabás”, cuenta orgulloso.
Y añade: “Cuando quieran nos ponemos de acuerdo para que les enseñe las fotos”.
También recuerda que se vistió de chinelo durante el carnaval. Relata que bailaba al ritmo de tambora por todas las calles del pueblo. Las del Recodo, confiesa, son sus favoritas.
Comenta que su apodo fue porque hace 27 años formó un equipo de futbol en el que 11 de los 15 integrantes se llamaban Juanitos.
“Desde entonces me dicen el Juanito Mayor”.
De Barrabás a delegado
De la noche a la mañana cambió la historia de Juanito, al pasar de un desapercibido Barrabás en el Vía crucis de Santa Martha, a acaparar todos los reflectores, tras su triunfo electoral en la delegación Iztapalapa, donde se ha convertido en un connotado personaje que incluso se da tiempo de regalar su banda a representantes de los medios de comunicación.
Sin el conflicto perredista, Rafael Acosta no existiría
Sin el conflicto perredista, Rafael Acosta no existiría
Rafael Acosta, alias Juanito, es “un personaje poco carismático”, quien sin el apoyo de Andrés Manuel López Obrador hubiera perdido las elecciones del 5 de julio, afirmó Ivonne Acuña, especialista en sociología política de la Universidad Iberoamericana.
Asimismo, la académica universitaria sostuvo que Acosta Ángeles se hizo famoso a partir del 16 de junio, fecha en la que el ex candidato presidencial le exigió renunciar a la jefatura delegacional de Iztapalapa para cederle el lugar a la perredista Clara Brugada.
“Los habitantes de Iztapalapa no votaron por él (Juanito), creo que votaron por Clara Brugada con la imagen de López Obrador detrás. Si esto no hubiera ocurrido, si la candidata del PRD hubiera sido Clara Brugada y no Silvia Oliva y no se hubiera dado ese enfrentamiento público entre estas dos fracciones del partido, este señor no hubiera ganado.
“Si él hubiera ido solo por el PT no hubiera ganado. No me parece un personaje carismático, es más, saltó a la fama a partir del evento en el que aceptó ceder su puesto una vez ganando; si eso no hubiera ocurrido a lo mejor no hubiéramos sabido quién era Juanito”.
Del mismo modo, Acuña Murillo aseveró que el triunfo de Rafael Acosta en la jornada electoral del pasado domingo refleja que López Obrador cuenta con una amplia base social en Iztapalapa. (René Cruz González).
LA CRONICA DE HOY
CIUDAD
Nota aclaratoria: No recuerdo haber usado el término "exigió".
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